Existe una antiquísima leyenda sobre un dios... Las gentes conocian a este dios por el nombre de Okami.
Okami surcaba los cielos como el viento, observando silenciosamente la vida que llenaba los verdes parajes. El dios Okami era venerado y ensalzado.
Una noche aciaga se desencadeno la tragedia. la paz que envolvía aquella tierra protegida por Okami se quebró súbitamente.
Orochi, desterrado mucho tiempo atras, había regresado.
Orochi envolvió con su maléfico manto el mundo de las plantas, de los animales y de las personas... y por último, sumió al propio sol en la mas profunda oscuridad.
Solo la aldea de Kamiki se salvó de ese terrible destino, gracias al hada de los bosques Sakuya, que vivía en el árbol sagrado.
Sakuya, afligida ante la magnitud del desastre, recordó el antiguo pacto entre la tierra y cierto dios.
Llevó a cabo la ceremonia de resurrección, invocando el espíritu de la antigua deidad Amaterasu e insuflando esa esencia vital en la estatua erigida en la aldea en honor de Okami. Ese día, la luz de la esperanza vovió a una tierra oscura y desesperada.
Amaterasu inició un viaje para combatir la oscuridad y rescatar todas la fomas de vida de la tragedia que se cernía sobre ellas.
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